
Cuando se realiza una compra a crédito o se solicita un préstamo, es difícil darse cuenta realmente de todo lo que implica esta decisión financiera. En el momento puede resultar muy fácil, ya que se tiende a creer que se pagará después sin ningún problema. Sin embargo, esto puede conducir a un sobreendeudamiento innecesario, que si por alguna razón no se paga a tiempo, puede volverse un verdadero dolor de cabeza debido a los intereses.
Es muy importante entender que una deuda grande no es cuestión de dinero, sino de educación financiera; por eso, antes de realizar una compra a plazos o solicitar un préstamo, es necesario tomarse el tiempo de pensar en qué forma se pagará y así evitar una deuda innecesaria.
Diferencias entre deudas buenas y malas
Se entiende como “deudas buenas” aquellas que representan una buena inversión que te traerá beneficios en el futuro, o aquellas que son inevitables. Algunos ejemplos son:
- Estudios académicos (licenciaturas, idiomas, posgrados, etc.)
- Equipo necesario para realizar algún trabajo
- Reparaciones mecánicas
- Tratamientos de salud o emergencias médicas
- Emprender un negocio propio
- Financiar alguna propiedad para dejar de pagar alquiler
- Solucionar una emergencia que comprometa tu bienestar o el de algún familiar
Las deudas que se entienden como “malas o innecesarias” son aquellas que se adquieren por impulso y en las que se sobreestima la capacidad económica para pagar. Algunas de ellas son:
- Propiedades que no producen y solo generan gastos o intereses
- Artículos tecnológicos comprados a largos plazos que pierden su valor fácilmente
- Ropa o accesorios de lujo comprados a meses
- Un automóvil que representa más estatus que utilidad
- Préstamos largos que generan interés todos los días
Estas adquisiciones pueden generar problemas a la hora de pagarlas, manchando por completo el historial crediticio y ocasionando contratiempos financieros muy fuertes.
¿Realmente necesito adquirir esa deuda?
Justo antes de realizar una compra a largo plazo o adquirir un préstamo, se debe contestar muy bien una serie de preguntas que harán reflexionar y evitar una deuda innecesaria:
- ¿Realmente necesito ese crédito o producto?
- ¿Necesito el capital o el producto de inmediato o puedo esperar?
- ¿Vale la pena pagar el costo de los intereses?
- ¿Tengo la capacidad económica de pagar puntualmente?
- ¿Qué sacrificios debo hacer para pagar sin problema?
- ¿Qué tipos de crédito existen y qué beneficios hay?
Recuerda que según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), al adquirir una deuda, debes revisar que las mensualidades no representen un monto mayor al 35% de tus ingresos.
Doopla como una alternativa
En caso de necesitar un préstamo para adquirir algo o liquidar una deuda, existen opciones como Doopla en la que obtienes bajas tasas de interés, desde 12% anual, y la tranquilidad de poder pagar sin que se vuelva una deuda innecesaria.